Hemorroides:
Son várices ubicadas en el ano. En algunos casos son causadas por hacer demasiado esfuerzo para evacuar el intestino. Las hemorroides en sí mismas no generan constipación, pero transforman la evacuación del intestino en un momento muy doloroso por lo que quienes las padecen tratan de ignorar el reflejo evacuatorio.
El tratamiento, además de evitar la constipación, puede realizarse con baños tibios o utilizar alguna crema específica en el área afectada.
Fisura anal:
Esta complicación consiste en la presencia de rasgaduras de la piel que rodea el ano. Estas se producen cuando las deposiciones duras fuerzan el músculo de los esfínteres. Como resultado, puede aparecer sangrado el que se presenta como líneas de color rojo brillante en la superficie de la materia fecal.
Además del tratamiento para la constipación, la fisura anal necesita el estiramiento de los esfínteres o en pocas ocasiones intervención quirúrgica para retirar tejido o piel del área afectada.
Impactación fecal:
Comúnmente conocido como “bolo fecal”. Consiste en la acumulación muy compacta de materia fecal de consistencia dura en el intestino y en el recto, que el normal reflejo evacuatorio del colon no es suficiente para despedir las heces. Generalmente ocurre en niños y en personas mayores.
Esto se puede tratar ablandando las heces con aceite mineral tomado por boca o un enema. Una vez que se ha ablandado la impactación, el médico puede romper y extraer parte de la materia fecal endurecida.